En la Pedrera, Gaudí añade planteamientos técnicos inauditos. El
edificio es soportado por pilotes, no correspondiéndose los soportes de
un piso con los de otro, creándose la planta libre. Estos serán
postulados básicos en el racionalismo de Le Corbusier. Paralelamente al
primer modernismo, se hallan las primeras actitudes “gaudinistas”,
arquitectos que se forman junto al artista y que se convertirán en
portavoces de su arquitectura. La riqueza de los materiales de
construcción va acorde con las nuevas técnicas como se ve en la
industria del hierro, muy importante en esta época, además de
generalizarse el uso de la cerámica y el vidrio policromos, sin olvidar
la piedra y también el uso del ladrillo sobretodo en la creación de las
fachadas.
Fuera de Cataluña el Modernismo tendrá importancia en
lugares como Madrid. País Vasco o Canarias. Madrid como sede de la
escuela de arquitectura con más tradición, será el polo de atracción de
todos los estudiantes de la Península.
El Modernismo posee dos
sedes, una es Bilbao y la otra en San Sebastián. Bilbao, pionera en
España en la utilización del cemento armado y el hierro fundido, se
debate por los distintos historicismos para acabar haciendo suya una
reinterpreteción de estilo montañés y el monumentalismo, mientras que el
modernismo queda como un estilo frívolo y exótico. San Sebastián, con
espíritu más cosmopolita incorpora un modernismo del más puro sentido
internacional.
A finales del XIX las Islas se hallan enfrentadas
por la capitalidad, hecho que marcará también diferencias en el ámbito
arquitectónico, diferenciándose dos tipologías de viviendas: la
unifamiliar, villa u hotel con un máximo de dos pisos e Santa Cruz y las
plurifamiliares de tres u cuatro plantas en Las Palmas. Gracias a los
contactos comerciales que Canarias mantiene con Inglaterra, se implanta
el refinamiento inglés y determinando el desarrollo de elementos
florales. el Eclécticismo dominará la arquitectura desde aproximadamente
1860 hasta la Guerra Civil. Este estilo irá asumiendo todas las
novedades arquitectónicas muchas veces bajo esquemas tradicionales. Así
tenemos que el Modernismo hará especial hincapié en la decoración, raras
veces lo hará sobre todo el conjunto del edificio.
El
Modernismo, debido a su heterogeneidad, no puede ser considerado como un
lenguaje unitario. Ni siquiera es una actitud unitaria, pues si bien es
un arte que carga contra el mundo industrializado y burgués, también
por otra parte, es un arte que refleja los valores burgueses. Por esta
última razón tendrá su epicentro, en cuanto a España, en la zona
catalana, región donde se había desarrollado una pudiente burguesía.
Esto enlaza, además, con el deseo catalán de hacer un arte diferente,
que recogiera su particularidad nacional frente al resto del estado. Las
realizaciones modernistas por su parte, van a tener cierto sentido
unitario. Prima la arquitectura, en general muy decorativa, y el resto
de las artes se ponen en relación con el hecho arquitectónico. Pero esta
relación no supone una mera subordinación sino un colaboración. De ahí
el desarrollo de las artes decorativas e industriales. Por último, el
Modernismo es el primer fenómeno artístico puramente contemporáneo,
influido por los nuevos condicionantes históricos. El Modernismo también
recibirá la influencia de la gran tradición artística española. Así,
Velázquez, Goya o el Greco serán los referentes en pintura, y la
tradición medieval, tanto cristiana como musulmana, en arquitectura.
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